Unos tal vez más, otros quizás menos, pero probablemente más de alguna vez el encandilado leyente ya ha escuchado el dicho “el amor es ciego”. Y puede que tal frase haga sentido, ya que cuando nos enamoramos percibimos las cosas de forma distinta.
Lo cierto es que se trata de mucho más que un dicho popular. La propia ciencia ha dado pruebas cabales de que el amor sí es ciego, ya que la naturaleza y nuestro cerebro se encargan de que en un principio no veamos los defectos del otro. Se trata más bien de un rasgo evolutivo, que en su esencia contribuye a preservar la especie subiendo las posibilidades de procreación.
La propia doctora Frances Cohen ha estado quemando sus pestañas estudiando desde hace tiempo el tema del amor desde una perspectiva orgánica, y llegó a la sabia y asombrosa conclusión que en el inicio de una relación amorosa, el cerebro tiende a desactivar los mecanismos de alerta ante una serie de defectos que, comúnmente, cualquiera consideraría desagradables en un individuo.
Eso tendría origen en los químicos que se liberan en el enamoramiento, maldito artificio que termina por activar la llamada “sensación de euforia”, que, además de hacernos sentir bien, desactivan los instintos que nos ayudan a evaluar a las personas. La sensación de bienestar se produce en el “sistema límbico” del cerebro, que regula la liberación de hormonas y neurotransmisores que provocan sensaciones de placer, en este caso ante una emoción… La otra conmoción nocturna después se verá.
Resulta que en el sistema límbico se encuentra la llamada “amígdala”, una estructura encargada de coordinar emociones en el cerebro; en algunas personas tal agalla puede amplificarlas, disminuirlas o bloquearlas, tal como ocurre en el enamoramiento… En algunos casos, torna a la persona ciega (de amor por los billetes).
Caso típico de lo que se ha expuesto ocurre en Argentina, puesto que allí ha sido deschavado el noviazgo entre la modelo y actriz de producciones eróticas Viky Xipolitakis y el político del partido peronista José María Ottavis Arias, que últimamente está dando mucho paño para manga en el país.
La gentuza del pueblo da cuenta que la diferencia de altura entre los dos llama bastante la atención de quien los ve (a él cargando con un banquito). Lo cierto es que en las redes sociales, por ejemplo, por causa de su diminuta altura corporal, el vicepresidente de la “Cámara de Diputados de Buenos Aires” está siendo llamado de “enano”… Además de otros apelativos más conmovedores que no valen la pena perder tiempo en comentar, visto que el lector ya los descubrió.
Por su vez, Viky, que mide 1,72m de altura, no abre mano de sus tacos altos. A más, ella reveló a la prensa argentina, que “sólo ama hombres feos”. Se cuenta también que la modelo ya habría tenido un caso de pasión incontenida con Diego Maradona.
“Estoy perdidamente apasionada… Nunca ame tan intensamente en mi vida… El amor venció el preconcepto”, comentó la rubia modelo argentina en su desahogo explicativo. Con todo, esta celebridad de la farándula ya estuvo enredada en diversas polémicas. Por ejemplo, el año pasado, dos pilotos de la empresa aérea estatal “Aerolíneas Argentinas” fueron despedidos de su trabajo y tendrán que responder a proceso judicial después de permitir que la Viky fuese a la cabina de la aeronave durante un vuelo. En un video, aparentemente realizado por la propia actriz, constan las imágenes de la mencionada visita que llegaron a viralizar en las redes sociales.
No es necesario rebanarse los sesos para encontrar respuesta a lo que dice el vulgo, pues cada existencia tiene sus propios vaivenes, que es como decir sus pormenores. El tiempo es como el viento, empuja y genera cambios para de pronto sentirnos prisioneros de una circunstancia que no buscamos sino que nos buscó… ¿Será?
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