Le Pera, Gardel y Pettorossi ya lo Dijeron en 1932


Por causa de nuestra índole de presunción, seguramente que si el chisme lo cuenta uno solo, probablemente no se lo vamos a creer. En todo caso, vale aclarar aquí, que las presunciones se clasifican en legales y judiciales, según las establezca la ley o sean producto de las deducciones concebidas por el juez -aunque uno nunca sepa lo que puede salir de la cabeza de estos-, pero de igual forma la presunción llega a ser un factor que por misterio de la ley se tiene como verdad.

Entonces, es bien probable que por esas fatuas causas acabó por juntarse un equipo multinacional de investigadores que fueron liderados por el médico Philipp Khaitovich, del “Instituto Planck de Antropología Evolucionaria”, situado en Leipzig, Alemania, y a la sazón se les dio por realizar un gran estudio que en sus finalmente concluye que los papeles metabólicos del cerebro y el de los músculos están interconectados… Hasta aquí, mi amigo, parece todo bien.

Empero, buscando ser un poco más explícito en este corpúsculo asunto, agrego que el médico y sus colegas buscaron investigar la “evolución de los metabolitos”, esas pequeñas moléculas como azúcares, vitaminas, aminoácidos y neurotransmisores que representan los elementos principales de las funciones fisiológicas humanas.

Eso, porque los metabolitos son más dinámicos de que el genoma y pueden darnos más informaciones sobre lo que nos torna humanos. A su vez, se sabe también que el cerebro humano -de la mayoría del gentío- generalmente consume mucha más energía de que el de otras especies… “Nosotros estábamos curiosos para ver qué procesos metabólicos eso envuelve”, llegó a mencionar el Dr. Khaitovich, quien publicó el mencionado trabajo en la revista “PLoS Biology”.

En verdad, ellos descubrieron que el metaboloma -el conjunto de todos los metabolitos en una célula- del cerebro humano, llegó a evolucionar cuatro veces más rápido de que el de nuestro primo vivo más próximo, el chimpancé… Aunque el de algunos sea la víbora.

Pero lo que más sorprende, no en tanto, es que el músculo humano acumula una cantidad aun mayor de alteraciones metabólicas: 10 veces más que los chimpancés… Y me imagino que de ahí venga la vieja ocurrencia de Le Pera, Gardel y Pettorossi al escribir la letra del tango “Silencio”: Mientras el músculo duerme, la ambición trabaja…

En todo caso y como sea, para descartar la posibilidad de que esa mudanza evolutiva reflejase simplemente nuestro estilo humano de vida sedentaria, el equipo del Dr. Khaitovich realizó mediciones adicionales en monos tratados especialmente. Estos cuadrúmanos fueron removidos de espacios en los cuales se podían dislocar con facilidad y dejados en pequeños compartimientos. Además, pasaron a ser alimentados con mucha gordura y azúcar por varias semanas, intentando así imitar el ambiente de muchos seres humanos contemporáneos. Sin embargo, esas mudanzas de estilo de vida representaron apenas un pequeño efecto sobre el metaboloma muscular de los primates.

Luego a seguir, Kasia Bozek, otra autora del estudio, agregó: “Durante mucho tiempo, fuimos confundidos por alteraciones metabólicas en el músculo humano, hasta que percibí que lo qué los otros primates tienen en común, en contraste con los seres humanos, es su enorme fuerza muscular”… Salvo Tarzan, claro está.

Asimismo, para conseguir probar la veracidad de su punto de vista, los científicos agruparon a varios chimpancés, monos, estudiantes universitarios, y hasta a algunos atletas profesionales, en una competición de fuerza de tracción… Sólo faltaron políticos.

Y lo que ellos vieron, es que a pesar del sudor y la determinación, todos los participantes humanos fueron superados por sus oponentes primates en más de dos veces… Lo que indica un error en el estudio, pues opino que si ellos hubiesen incluido políticos en esa lid, ciertamente el resultado sería otro.

En fin, se perdió la oportunidad, pero mismo así, la Dra. Bozek señaló: “Nuestros resultados sugieren una gestión de energía especial en los seres humanos… Ella permite economizar energía para nuestros poderes cognitivos extraordinarios a un costo de músculos más débiles”… Lo qué, en otras palabras, significa que cuanto más cerebro tenemos, menos músculos… ¡Exceptuándose los políticos, que no fueron estudiados!

(*) Si le parece, dese una vueltita por http://guillermobasanez.blogspot.com.br/ “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, un blog con algunas imágenes instantáneas del cotidiano. Mis libros están en el sitio: www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante