Mujeres Detestan Ciertas Conductas


Nos hemos acostumbrada a decir que, por lo general, la idea de acostarse con alguien del sexo opuesto siempre nos conlleva fantasías y deseos, algunos más picantes que otros. Pero no siempre ese encuentro entre dos almas en la cama es tan perfecto como ocurre en las películas azucaradas, ni como especulamos con nuestra mente y sus locas maquinaciones.

En todo caso, mi sublime leyente, litigante como siempre en busca del paradigma correcto para todos aquellos utópicos inmoderados en la “hora del vamos ver”, nada mejor que enterarnos de lo que el experto sexólogo chileno Mauricio Salas define como las conductas que hace que a las mujeres les disguste el sexo… Otro arquetipo quimérico de lo surreal. Pero en fin, veamos:

Que las aprieten demasiado: El hombre le gusta que lo tomen más firme, pero a la mujer más suave. Ambos tienen que aprender a hacer las caricias que más les gusta a su compañero… Y hasta porque si lo aprieta demás, ahorcará al nene.

Muy babosos: La saliva en momentos de pasión no molesta, pero cuando es un exceso y el cuerpo entero huele a baba, no es para nada agradable. Lo recomendable es no exagerar si ella le dice que no le agrada sentirse así… En ciertos casos, lo mejor es chuparse un limón.

Narcisistas: En la sexualidad está involucrado la mente, cuerpo, creencias, sentimientos, pensamientos. Si él es narciso y toma a su pareja como un objeto de su placer, está perdido. La pornografía ha hecho que los hombres actúen como autómatas del sexo mientras las mujeres siguen esperando al amante ideal. Hay que jugar, no ser tan graves y ser más flexibles… ¡Ojo! Eso de jugar no incluye barajas, dados, bolitas, tenis, etc. En estos casos, se recomienda que juegue a ser el explorador de cavernas mágicas tipo Indiana Jones.

Caras “raras”: Si ésta es muy extraña cuando está teniendo un orgasmo, eso puede llegar a cortar el momento. Pero hay que entender si ellas son caras de dolor, placer o son involuntarias, porque ello produce un bloqueo de los centros cerebrales del control, de ahí que le llamen la “pequeña muerte”… o mejor dicho: una muerte placentera… ¡Ah! De paso cómprese una careta.

Hacerlo con calcetines: ¡Que ridículo! Se sabe que los hombres son, en su mayoría, poco estéticos y algunos muy impacientes, y solo se desnudan lo que no les sirve o molesta en ese momento. Este es otro tema para abordar en la comunicación sexual. Sin embargo, se ha visto que en las mujeres cuando se ponen calcetines, tienen mayor posibilidad de tener orgasmos, porque mantienen la temperatura corporal lo que produce que haya mayor flujo a nivel de la parte genital. Ojo, solo en las mujeres… La mía, por ejemplo, usa tres pares a la vez.

No se callan y desconcentran: Todo depende lo que uno hable y los gustos de la persona. En general, a la mujer le gusta que uno les hable sobre la relación, que son hermosas, amadas… Es decir, palabras que resalten sus características personales, eróticas y el deseo que se tiene de estar con ella. Pero siempre y cuando no le incomode, distraiga o bloquee… Hombre, ¿esas son horas de ponerse a decir pavadas? ¡Concéntrese en la chichula!

Dormilones: Fisiológicamente, el hombre tiene la tendencia a quedarse dormido mientras ella quiere ser acogida y…  Lo más conveniente es aceptar que él se puede quedar dormido por el relajamiento cerebral o estar (in)dispuesto a abrazarla, acogerla, conversarle, y decirle cosas amorosas. No olvidar que ellas son auditivas y románticas… ¡Joder! ¿Esas son horas de dormir, hombre?

Las comparaciones: Esto es lo más desubicado. Cada encuentro sexual es único. Si empiezas a contar tu vida sexual en la cama, seguro que no habrá relación que se mantenga. A nadie le gusta escuchar las piruetas que no se hacen… Por eso que los mudos se dan bien.

La cama: Algunos quedan tan exhaustos, que se acomodan para pasar horas en el dormitorio y hasta insisten en comer y ver TV durante horas acurrucados. Aunque también, están los que apenas se acaba la diversión huyen a la ducha y les gusta salir a pasear, o simplemente se las toman. Cualquiera sea el caso, el pos de las relaciones sexuales -si son en una pareja consolidada-, más vale acordar de a dos lo que se hará después para no lastimar la sensibilidad de nadie ni arruinar el gran encuentro amoroso por no tomar las decisiones en conjunto… Salvo que aparezca el marido, obvio.

Las mismas posturas: Para salir de la rutina insidiosa de la vida, lo mejor es simplemente aventurarse con nuevas posiciones y jugar usando los 5 sentidos, la voz, ropa interior diferente, perfumes, masaje y todo lo que sirva para reinventar la actividad erótica… Por tanto, pase en una librería o en un sex-shop y desásnese.

¿Vio aquel clavo solitario en la pared? Bueno, alífero y celoso como usted lo es, y ya pasado el momento íntimo de raciocinar sobre algunas visiones cocodrilescas de lo surreal, ¡por favor!… Cuélgueme allí.