¿Masoquista o Megalómano?


A los estudiosos de asuntos poco delicados como lo es el caso en cuestión, se les ha dado por afirmar que en el “masoquista” el mecanismo específico del placer consiste en que mientras él se esfuerza por lograr el placer como cualquier otra persona, un mecanismo perturbador hace fracasar ese esfuerzo y le hace experimentar como displacenteras sensaciones que la persona normal experimenta como placer.

Así que, lejos de esforzarse por buscar el displacer, el masoquista sufre una intolerancia específica a las tensiones psíquicas y una excesiva producción de displacer, mucho mayor que cualquier otra neurosis.

En todo caso, cuando se habla de masoquismo, generalmente se lo considera en términos del “masoquismo sexual” dado a que ésta es la categoría más conocida e incluso la que se ha convertido en moda. Con todo, esa no constituye la forma de masoquismo más importante.

Lo característico del masoquismo es que el sufrimiento es la condición, contraseña o instrumento para conseguir un cierto tipo de placer. Además, la búsqueda tiene que ser activa, porque a través del sufrimiento la persona obtiene goce.

Estas elucidaciones son los que nos inducen a especular que el presidente sudafricano Jacob Zuma, de 72 años, un conocido polígamo que tiene 20 hijos y ya se casó seis veces, debe estar sufriendo alguna alteración es sus tensiones psíquicas, ya que por la edad que tiene es de suponer que las tiranteces físicas-longitudinales no le permitan aprovechar el momento.

Esto se debe, conforme lo ha informado el periódico “The Star”, a que él ha dado a entender que puede volver a casarse y tener una quinta esposa para que lo acompañe en la vejez… “Yo ya tengo esposas, pero aún me falta casar con la última”, afirmó Zuma en un discurso que fue pronunciado en idioma zulú: (“Angakayakhi indlu yokugugela… laba ngisabathathile nje”).

Como era de esperar, la declaración de Zuma fue recibida con sonrisas y aplausos por el público, que era formado en su gran mayoría por gente de edad avanzada… Los que tenían sus atributos fallando desde hace tiempo.

Antes de la confidencia, que fue pronunciada con humor jocoso, Zuma insistió en la necesidad de amar y respetar los ancianos.

Pero antes de que cualquier pifiador lector concluya su fallo no siempre ecuánime ante la actitud del presidente sudafricano, de acorde con lo que ha explicado Sihawu Ngubane, un profesor de la “Universidad de KwaZulu-Natal” citado por el diario “The Star”, es tradición en aquellas tierras que los hombres polígamos se casen una última vez, generalmente con la hermana más joven de una de sus esposas -que obviamente no será de la más fea de todas-, para tener compañía durante la vejez…

Según apunta Ngubane: “La responsabilidad de cuidar del marido durante los últimos años de vida cabe, sobre todo, a la última esposa, generalmente más joven que las otras”… Algo así como tener una empleada doméstica en casa.

En todo caso, Zuma actualmente tiene cuatro esposas, todas ellas sustentadas por las arcas del Estado, lo que ha generado muchas críticas y llevó a una pléyade de foscos contribuyentes a proponer un valor fijo de gastos.

Pobres exegetas del espíritu, queriendo buscar lógica en lo que hacen, sin llegar a convencerse da la influencia del conde de Lerna sobre Aída, de Verdi… Que nunca se debe confundir con “viejo verde”… ¡Increíble!

(*) Visite el blog “Infraganti!!! Imágenes sin retoque”, http://guillermobasanez.blogspot.com.br/

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