Hoy no me Gusta el Sexo


Para muchos que hacen parte del gentío, esa cuestión de ponerse a hablar de sexo puede llegar a ser un tabú; y los comprendo, pues puede que en su momento se hayan salteado el aula principal; pero en todo caso, opino que ponerse a hablar de que no les gusta el sexo, puede ser un tabú aún mayor, mi deleitado amigo. Por tanto, sin miedo alguno, respondo ya la pregunta del título: “todo es normal” en el reino del Señor.

Si discuerda con tan vana ontología, le pido que considere que ni todo el mundo gusta de sexo, así como ni a todo el mundo le gusta el chocolate. Por más sabrosa que esta golosina le pueda parecer a usted.

Hasta puede parecer que esto es una moda más del momento, pero no es bien así. La falta de deseo sexual viene sucediendo desde que el mundo es mundo y no tiene nada a ver con enfermedad o deficiencia hormonal o mental. Uno nasce así… Mala suerte. Las personas simplemente no quieren practicar sexo, y pronto, que le vamos hacer.

Ya en 2004, el psicólogo canadiense Anthony Bogaert llegó a la conclusión de que el 44% de las personas que no tenían interés en sexo estaban casadas, vivían con sus parejas, o ya habían pasado por una de esas opciones. Lo que prueba que una cosa no excluye la otra… Aunque con ello se pierdan la mejor parte.

Dicho estudio, que fue realizado con 18 mil británicos, muestra que hasta 1,1% de los adultos pueden ser asexuados o no tener atracción sexual duradera. Eso significa que hasta usted mismo puede pasar por esas etapas. Puede que hoy usted quiera transar y mañana ya no tenga el más mínimo interés en ese asunto tan delicado. Así pues, esas fases pueden ir y venir siempre, con la intensidad y la duración que quisieren… Lo que es lamentable si le llega a suceder.

Por otro lado, piense que nada de ello debería ser un problema o un drama mayor. Respetar la propia sexualidad es lo básico para cualquier sujeto ser feliz no sólo sexualmente, sino más bien consigo mismo. Nada más que entender y respetar quien uno es de verdad, sin necesidad de agradar a nadie o fingir.

Por ejemplo, en Brasil, también en 2004, el “Proyecto Sexualidad”, que fue desarrollado por la Universidad de São Paulo (USP), llegó a entrevistar más de siete mil personas y descubrió que el 7,7% de las mujeres y el 2,5% de los hombres no practicaban sexo y no sentían ninguna falta de él… Llevando las cosas puestas como un mero artilugio de decoración… ¡Un desquicio!

Sí, mi desinteresado amigo, justamente en el país de la libertad sexual -porque la otra ya fue censurada hace tiempo-, que la gente por allí sabe que ese rótulo que es vendido en el exterior es una gran mentira, y una pléyade no siente voluntad de practicar ejercicios en la horizontal.

Claro que se hace difícil explicar para su pareja que usted prefiere ponerse a jugar videogame, salir con los amigos, perder horas en el Facebook o limpiar la casa, de que querer practicar el bucólico acto sexual; pero no existe otra opción sino explicar.

Obvio que esa cuestión es todavía más complicada para los hombres. Nuestra sociedad entiende que los hombres precisan estar todo el tiempo a disposición, con su aparato sexual casi erecto y nunca debe decir no, ni negar fuego. Bueno, toda una mentira para buey dormir… Los hombres, así como las mujeres, no necesitan sentir deseo sexual el tiempo entero, por tanto, decir no, es un derecho de todos… Aunque parezca una pérdida de ocasión

En todo caso, un detalle importante que cualquiera debe tener en cuenta, es notar si no existen factores externos perjudicando su deseo, pues no da para confundir asexualidad con enfermedad. Por consiguiente, si uno siente que el deseo desapareció por causa de estrés, problemas de relacionamiento, por no querer encarar disfunciones sexuales comprobadas, o simplemente no siente más deseo por aquella persona en especial, no piense que se volvió un demente, y en este caso lo aconsejable es que procure lo cuanto antes un médico.

Así pues, eso de no gustar de sexo es normal, como gustar de sexo también es normal. Gustar de sexo con personas del mismo género es algo normal, aunque diferente. Gustar de sexo con personas de género diferente es muy normal -y delicioso, según mi vecino. Del mismo modo que gustar de fetiches es normal -desde que ese fetiche sea siempre consensual e no hiera su integridad o la del otro. Por tanto, realizar sus fantasías es súper normal, mi gozador amigo.

Así pues, no creo que deberíamos sorprendernos con todo esto, pues en un mundo con menos juzgamiento comportamental, todos seríamos todos mucho más felices… ¡Muy oportuno recordarlo!

(*) Si es de su interés continuar a entretenerse con otras lecturas amenas, mi adicto leyente, tiene varios de mis libros impresos o en versión e-book, disponibles en el sitio web: www.clubedeautores.com.br/carlosdelfante