Por veces personas suelen echar mano de conductas asombrosas. Por ejemplo, cierto día mi vecino le dijo a su media naranja: “Mi amor, dime algo con amor”… Ella, más que alígera, le respondió: “Amortiguador”, y ahí todo comenzó… Una lástima, ya que ellos se amaban tanto.
Otros apelan para diferentes recursos, y eso lleva a una pregunta que no puede callar: ¿Cuál es el precio a ser pago para tener de vuelta la persona amada? Pues bien, ese vecino mío respondería que pagaría cualquier cuantía, por lo que deduzco que él podría hacer parte del “selecto club” del británico Niall Rice, de 33 años, ya que éste gastó una verdadera fortuna con esa intención.
El caso es que con la disculpa de hacer con que una ex novia reencarnase y volviese a sus brazos, Rice gastó el equivalente, en dinero vivo -pues para muerto llegaba con ella-, U$ 1 millón. Ese montón de dinero fue parar en las manos de dos médiums que le garantizaron al apasionado Rice, que esos ahorros serían bien investidos… Pienso que en ropas, alhajas, fiestas y otras cositas por el estilo.
Todo comenzó, claro, con la muerte de la novia, sino no habría historia para contar. Disgustado y solo, Rice recurrió a las actividades paranormales para, en principio, tener nuevamente contacto con su amada. Como primera condición, comenzó por dar un anillo evaluado en U$ 50 mil para una médium.
En ese primer trabajo, Rice afirma que tuvo algunos “encuentros” etéreos con su ex. En todos, no obstante, afirma que no consiguió que su relación reatase como en los viejos tiempos. No satisfecho en sus deseos contenidos -e incontenidos también-, resolvió visitar otra persona que daba garantía de sus poderes paranormales y con ella intentar una vez más el contacto, no obstante con una diferencia que resultó primordial.
Al investigar un poco más las causas de la muerte de su ex, Rice descubrió que ella muriera de “overdosis”. Fue cuando decidió, entonces, que omitiría ese dato de la nueva médium. Para trabajar, no obstante -si es que se puede llamar de trabajo a esa labor-, Christina, el nombre de la nueva médium en cuestión, de cara le pidió U$ 135 mil, que serían destinados para la “construcción de un puente que lo llevaría hasta otra dimensión para encontrarse con la ex”.
Niall hesitó por pensar que el puente no necesitaba ser de oro ya que de madera serviría igual, pero al fin acabó cediendo. Tanto cedió que en pocos meses él acabó envolviéndose sexualmente con la médium, lo que sólo hizo aumentar sus problemas amorosos mal resueltos.
Al percibir que estaba siendo engañado, Niall rompió relaciones con Christina -que no era la Kirchner- y entró con un pedido en la Justicia para rever su rico dinero. El abogado de Christina, sin embargo, usa la excusa de las relaciones sexuales para decir que todo el dinero gasto fue “regalos” de un corazón apasionado.
Luego de abandonar la idea de reencarnar a su ex novia y resolver problemas del pasado, Niall mudó su foco y quiere ahora es algo por lo menos más mundano y plausible: “Todo lo que solamente quiero ahora es justicia”, afirmó este descornado de corazón vacío y bolsillo también.
En tiempo, pienso que habrá existido un diálogo previo con la médium en el presente caso: “Nosotros iremos observando la acogida de esa alma perdida, las reacciones de nuestras intenciones, los comentarios explícitos e implícitos, incluso nos daría tiempo a promover algunos sondeos, orientados según dos vertientes, en primer lugar, la situación previa a la muerte, es decir, el interés, la apetencia, la voluntad espontánea o motivada del muerto; en segundo lugar, la situación resultante del uso, es decir, el placer obtenido, la utilidad reconocida, la satisfacción del amor propio, tanto desde un punto de vista personal como desde un punto de vista grupal, sea familiar, profesional, o cualquier otro, pues la cuestión, para nosotros esencialísima, consiste en averiguar si el deseo, elemento fluctuante, inestable, subjetivo por excelencia, se sitúa demasiado por debajo o demasiado por encima del valor de cambio… ¿Alguien lo duda?
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