Las Vitrinas ya no Serán las Mismas


Recuerdo haber leído un día, algunos renglones donde Paco Underhill narra cómo él se convierte en un “voyeur” comercial recorriendo centros comerciales y tiendas de todo el planeta, en especial mirando los escaparates de las tiendas.

En verdad, así como lo hacemos hoy frente a la pantalla de una ordenadora conectada a Internet, a inicios de siglo XX era común ver la gente parar y observar las vitrinas de los almacenes y tiendas para ver las novedades que llegaban o simplemente a curiosear. Naturalmente los escaparates eran y son un punto importante dentro de la experiencia de compra, pero hoy un peatón mira al frente con cierta prisa y no mira las vitrinas.

A causa de los nuevos procederes de los caminantes, pasa a ser muy importante tener una vitrina que destaque y llame la atención, sobre todo en este mercado tan competitivo de los minoristas.

Claro que Underhill también critica a muchas cadenas norteamericanas, pero hace la salvedad en las tiendas de moda, que si bien hacen un trabajo diferenciador, pecan en estandarizar las vitrinas al no adecuarlas al público objetivo del lugar donde está ubicado el comercio… Como pienso que es lo que ocurre hoy día en Holanda.

Vea bien mi candente lector, que eso se debe a la propuesta de reformar y cerrar algunas vitrinas del célebre “distrito de la luz roja” por parte de la intendencia de Ámsterdam, un intento que acabó provocando la revuelta de prostitutas y simpatizantes, quienes salieron la semana anterior a protestar por las calles en repudio a la intención de la administración municipal.

“Cerca de 250 personas participaron de una manifestación para protestar contra el cierre de las vitrinas”, llegó a informar a la agencia AFP Marjolein Koek, un portavoz de la policía de la capital holandesa… Al que de chico le gustaba ver esas mismas vitrinas.

Como sea, durante la insurrección, la mayoría de las prostitutas usaban máscaras para evitar ser reconocidas (pienso que por las esposas de sus clientes) y llevaban pancartas donde se leía “no nos salven, salven nuestras vitrinas”… quizás porque sus almas ya no tengan más salvación, aunque había otras donde se leía “paren de cerrar nuestras vitrinas”, según imágenes divulgadas por el canal de televisión estatal “NOS”.

De acuerdo con la prensa holandesa, la administración de la ciudad de Ámsterdam quiere cerrar parte de los famosos burdeles del “Red Light District” para luchar contra la criminalidad y el tráfico de seres humanos, donde cerca de 115 de las 500 vitrinas del barrio ya fueron cerradas.

El caso que estas mujeres de mala fama pero de muy buenas intenciones, a raíz de ello estiman que los proyectos de la ciudad las privarán de un local de trabajo seguro… A veces no tanto.

“El sexo es una profesión legal en Holanda y nosotras precisamos de apoyo, queremos ser llevadas a serio por los políticos”, (en su gran mayoría hijos de ellas mismas), llegó a reclamar una portavoz de las prostitutas, que se mantuvo en anonimato y mismo así fue citada por la agencia de noticias AFP.

“Nosotras aun somos tratadas como parias y estamos siendo colocadas para fuera del barrio sin que nadie pidiese nuestra opinión”, acrecentó ella.

Durante el evento, muchas vitrinas famosas del lugar permanecieron vacías. No en tanto, en un cartel colado en una de las ventanas, se acusaba al intendente diciendo: “Usted está robando nuestros empleos”… A lo que faltó agregar: “Pregúntele a su madre y a su abuela”.

En todo caso, cerca de 7.000 personas trabajan en el ramo del sexo tarifado en Ámsterdam, y el 75% de ellas vienen de países de baja renta, especialmente del este europeo, según declara la prefectura de la ciudad citada, que por su vez indica que la prostitución fue legalizada en Holanda en año 2000.

No sé si ellas lograrán salirse con la suya, pero retornando al rumiar sociológico del momento actual, percibo que no me queda otra que meditar si este intendente holandés no tiene algo de sangre del arqueólogo y egiptólogo británico Howard Carter, quien de pose de una azada que fuera forjada por Vulcano, destruyó gran parte del “Valle de los Reyes” en Egipto, buscando encontrar allí el túmulo del faraón Tutankhamon… ¡Lacónico!

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